El clown Gregor Wollny vino anoche al Salón de Columnas del Bretón de Logroño, que celebra su 31 Festival de Teatro. Ya por sí sola es sugerente y cálida la propuesta de escena en este café teatro, con barra, copa y buena compañía, luego aún lo es más cuando el maestro de ceremonias se gana la complicidad del público desde el primer minuto, y va multiplicando el efecto bola de nieve de una poderosa carcajada...
Sacó de sus bolsillos, maletas y cajones el variopinto repertorio de artilugios para sus bellísimos dibujos de ilusionista cómico; jugó como niño y derrochó su fantasía, agitando las nuestras. A la media hora de espectáculo ya se había embolsado el cariño del público y un buen puñado de hipos. Lo arropaba y hacía crecer un trovador de voz extraordinaria, Mattias Ibach, armado con guitarrita y múltiples registros, en perfecto contraste. No hace falta hablar idiomas para gozar de lo teatral, cuando la expresividad de voz y gesto es tan poderosa...
En los ojos cercanos, y en los propios, por momentos, brilló una poderosa chispa, media lágrima a medio camino entre la ternura y la certeza de estar ante unos grandísimos maestros de la risa.
Podéis conocerle en http://www.gregor-wollny.de/
www.aireaire.com
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