martes, 31 de marzo de 2009

Cartas de tutora a sociedades en crisis.



Te hablo de Alex.

Tiene menos años de los que parece por dentro, más de los que encajan en su cuerpo pequeñito. Flequillo negro, ojos mojados de risa, dientes un poco rotos, carita redonda. Me intriga desde que le vi pintando a dos manos sus recuerdos y sus tristezas, absolutamente sincero.
Cuando aprende siquiera la cosa más pequeña, este niño se ilumina y se le agranda la voz, se llena de
regocijo y lo contagia.
Un poquito después, aterrizando, reúne lo recién aprendido con lo que ya traía, lo incorpora a su dibujo y lo hace suyo. Y después me lo enseña, y me explica, sin decir nada, por qué merece la pena pararse a decir cosas pequeñas a los grandes niños.
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Imagen de Campaña UNICEF.

domingo, 22 de marzo de 2009

Una mujer llena de flores.



Con 43 años, la melena igual de negra pero menos llena.
Con ojillos castaños y brillantes, enrojecidos por una mala noche.
Con un puñado de tesoros aprendidos, guardados sin llave, para compartirlos si hiciera falta.

María madruga, compra frutas a la vuelta de su casa y pasea sus soledades.
Me explica cómo existen flores que crecen sólo cuando se les ruega, me asegura que venimos y nos vamos sin estar sólos, y que existe la vida aun con sombras, y que tenemos que reirnos muy alto y grande, brillar como los fueguitos de Galeano:
con todas las fuerzas, tiempos y espacios, y no como un folio impreso a media cara, del que se deja la mitad en blanco...
Y yo le creo.

sábado, 21 de marzo de 2009

Danza, danza, danza



"Como un acróbata demente saltaré, sobre el abismo de tu escote hasta sentir
que enloquecí tu corazón de libertad, ya vas a ver".
ASTOR PIAZZOLA.




www.estantres.org/obras/influjo.shtml

El libro de los abrazos

La pasión de decir. 1.

Marcela estuvo en las nieves del norte. En Oslo, una noche, conoció a una mujer que canta y cuenta. Entre canción y canción, esa mujer cuenta buenas historias, y las cuenta vichando papelitos, como quien lee la suerte de soslayo.

Esa mujer de Oslo viste una falda inmensa, toda lena de bolsillos. De los bolsillos va sacano papelitos, uno por uno, y en cada paelito hay una buena historia para contar, una historia de fundación y fundamento, y en cada historia hay gente que quiere volver a vivir por arte de brujería. Y así ella va resucitando a los olvidados y a los muertos; y de las profundidades de esa falda van brotando los andares y amares del bicho humano, que viviendo, que diciendo va.

EDUARDO GALEANO.
(Montevideo, 1940) Periodista, cronista de su tiempo...