lunes, 29 de junio de 2009

Vecindario

El vecino del 3ºB es alcohólico. Se grita con su mujer algunos días, no sé si cuando está ciego o cuando no, seguramente que cuando no, porque entonces debe sentirse aun más desgraciado...

Dejándose ambos la piel por convencerse el uno al otro de quién es más mierda que el otro...
Escalofriante.

Me descubro espiando su desgracia con la puerta entreabierta, asomando una nariz cotilla.
Peor aun, poniéndole letras, borracha yo de frivolidad poética, poco después.

Espero el ruido de un golpe o un último grito en cualquier momento.

¡Qué soledad gigante dan las puertas cerradas cuando sueltan gritos!
Es sobrecogedora la particular locura de cada mente enferma, mi locura intensa.

Las moscas de la fábrica de musgo también deben escaparse alguna vez por mi puerta, alertando a los vecinos de las miserias...