"Nunca hay que escuchar a las flores. Hay que mirarlas y aspirar su aroma. La mía perfumaba mi planeta, pero yo no podía gozar con ello. (...) No supe comprender nada entonces. Debí haberla juzgado por sus actos, no por sus palabras. Me perfumaba y me iluminaba. ¡No debí haber huído jamás! Debí haber adivinado su ternura, detrás de sus pobres astucias. ¡Las flores son tan contradictorias! Pero yo era demasiado joven para saber amarla."
El Principito. Antoine de Saint-Exupéry.
1 comentario:
y yo te ame un segundo y siendo tan joven
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