Hubo artistas visionarios que, en el tiempo de los manifiestos, recrearon todas las ciudades posibles y nos las contaron. Y luego las olvidamos. Se propuso plantar árboles y hierba en las azoteas, para desde abajo gozarlas, y desde arriba no ver de las ciudades sino una alfombra verde...
Ahora que se acaba la tierra, plantemos lechugas en macetas y frutales en lugar de musgo, allá arriba, en los tejados de las iglesias...
Imagen de www. saboresespeciales.blogspot.com
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