viernes, 9 de julio de 2010

Mochilas demasiado llenas

Contra los enganches al pasado, que no permiten caminar ligero, escuché un truco hermoso y catártico en Roma, atractiva peli de Adolfo Aristarain. 

Uno debe colocarse bien cerquita de la orilla de un río caudaloso, y decirle en alto lo que duele. El río se lo lleva. Funciona.

Pero hay quien no vive cerca de un río capaz de llevarse tanto...



Número 16 de la Plaza Zaporta.

De tanto asomarse al sol a través de un roto en la madera de su puerta, una mujer tiene un cuadrado moreno pintado en la cara. 
Cuento e ilustración del libro "Con pájaros en los bolsillos".


Enfrente de su puerta, el cine restaurado. No sabemos cuánto tiempo lleva mirando desde por la mañana a las taquillas, sin entrada y sin salida.

Viste de lencería, puntillas y tacones en casa, las lágrimas envasadas en las legañas. Detesta mirarse en unos ojos que le vean desde lo más hondo hasta lo más hondo, teme quedarse desnuda de fronteras. Se le llevó la razón un día de esos en que parece no haber nacido el sol para nosotros, pero ahora ya no recuerda nada. 

El Plan de rehabilitación del casco antiguo pretende derribar su puerta. Antes de que se escabulla del todo su memoria entre las palas y los escombros, quizá encuentre el vestido de flores que no pudo planchar a tiempo para su cita con la vida.



2 comentarios:

Arte urbano de Logroño dijo...

Bello post, un homenaje a la memoria, un homenaje a la desolación.

Saludos, Santi

Anónimo dijo...

Gracias, Santi! Como a ti, segun leo en tu blog, imagino historias simbólicas tras las puertas cerradas, tras los timbres a los que nunca llamaremos, como bien dices...

Gracias por visitarme,y que sigamos mirando nuestro entorno con delicadeza.(Y esto se siga contagiando...)