
Descálzate pero para arañarte de tierra la piel y las raíces.
Despierta, quítate las gafas para ver menos y llenarte los ojos de aire.
Las hojas están moviéndose.
Vienen las tormentas y las lunas y no vas a estar si no a tiempo para recibirlas.
Ahí, afuera.
Apágame y corre.