jueves, 17 de septiembre de 2009

Camino Anda

En Altagracia, Argentina. Ché, la Moto del Ché.

Existen los hechos emocionantes, sincrónicos, ¿casuales? Existe el azar teledirigido por las certezas secretas del que duda y no se atreve.

Cuando entramos en el camino, el camino se pone en marcha a la par que nosotros en él. Y a la vez que avanzamos, se arranca el camino a andar, y se transforman los árboles en sombra, o paragüas, o brisa refrescante, y se nos caen sus frutos en las manos cuando aún no sabíamos la sed de mieles que traíamos puesta...

Y se vuelven a dar las señales y los mojones en la ruta, y se desencadenan sin forzarlas las circunstancias que nos conducen al paso de gigante, al paso chiquito, a la sed calmada, a la vida.


3 comentarios:

Eugenio dijo...

No hay nada mejor que sentarse -quizá en una motocicleta o un auto-, e irse al camino que es la vida. Encontrar en todos lados esos pequeños detalles que nos conducen una y otra vez al encuentro de nuestra identidad.

Besos

daindart dijo...

Tu viaje por Argentina te impacto mucho, no?

Natalia Gibert dijo...

vaya, y tanto!!! duró un mesecito,suficiente para encontra una gente increíble y unos lugares...Me quedé con más ganas de Buenos Aires, no da más que para mojarse los labios y quererse empapar del todo!!!